lunes, 21 de enero de 2013

El joven y el caballero-.





Ferrań era un joven caballero, Ferrán era un muchacho trabajador que estaba al servicio de un caballero.

Un día, en una conversación, el dueño de la casa se enteró de que al chico le gustaba escribir.
El dueño de la casa le preguntó:
-¿Sobre qué escribes, muchacho?
Ferrán le respondió:
-Sobre cualquier cosa, le dijo al señor. Yo Ferrán antes de dormirme recuerdo lo que ha pasado a lo largo del día.
El dueño de la casa le preguntó:
-¿Me dejarás leer tus escritos?
-Si señor, le dijo.
Después, el señor tenía en las manos la libreta de Ferrán. Cuándo la abrió, al señor le gustó mucho su caligrafía.
Una tarde, el señor tuvo una visita de un desconocido.
-Creo que habrá oído de la piedra filosofal,-explicó el desconocido en tono confidencial al caballero.-Algo he oído.Pero me parecían unas ideas tan disparatadas...
Quieren que se extienda la idea de que es una locura pero los alquimistas de toda Europa, los mayores genios, las mentes más insignes, están tras ella.
El caballero pregunto:
-¿Y dónde está la piedra filosofal? -¿Se sabe algo?
Mañana mismo salgo para Italia. Allí me encontraré con la persona que me proporcionará lo necesario.¡Transformación en oro, naturalmente!
-Espere. Dígame, ¿a cuánto ascendería mi aportación?
-Se trataría de 500 ducados solamente.
-Bueno...
Después, el caballero le entregó al desconocido la cantidad acordada. Pasó el tiempo y , un buen día, el caballero dijo a su criado:
-Ferrán, hace mucho que no leo ninguno de tus escritos. ¿Podrías traerme tu libreta?
-Por supuesto, mi señor.
El caballero iba pasando las páginas cuando, de pronto, leyó estas líneas: "Ayer, mi señor hizo una gran necedad. Vino a verlo un alquimista y, para mi sorpresa, le entregó 500 ducados. Ese hombre, que en mi opinión no era más que un embaucador, iba a hacer un viaje a Italia con el fin de comprar todo lo necesario para convertir en oro cualquier meta"
El caballero le dijo a Ferrán que lo mismo volvía de Italia y le traía la piedra filosofal, y entonces qué pondría en su libreta. Ferrán le dijo que rectificaría, pero que él creía que había sido todo un engaño
Así que, si volviese tendría que corregir lo que he escrito, porque entonces, quien me parecería necio sería el alquimista.

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