Ferrań era un joven caballero, Ferrán era un muchacho trabajador que estaba al servicio de un caballero.
Un día, en una
conversación, el dueño de la casa se enteró de que al chico le
gustaba escribir.
El dueño de la casa le
preguntó:
-¿Sobre qué escribes,
muchacho?
Ferrán le respondió:
-Sobre cualquier cosa, le
dijo al señor. Yo Ferrán antes de dormirme recuerdo lo que ha pasado
a lo largo del día.
El dueño de la casa le
preguntó:
-¿Me dejarás leer tus
escritos?
-Si señor, le dijo.
Después, el señor tenía
en las manos la libreta de Ferrán. Cuándo la abrió, al señor le
gustó mucho su caligrafía.
Una tarde, el señor tuvo
una visita de un desconocido.
-Creo que habrá oído de
la piedra filosofal,-explicó el desconocido en tono
confidencial al caballero.-Algo he oído.Pero me parecían unas ideas tan
disparatadas...
Quieren que se extienda la
idea de que es una locura pero los alquimistas de toda Europa, los
mayores genios, las mentes más insignes, están tras ella.
El caballero pregunto:
-¿Y dónde está la piedra filosofal? -¿Se sabe algo?
Mañana mismo salgo para
Italia. Allí me encontraré con la persona que me proporcionará lo
necesario.¡Transformación en oro, naturalmente!
-Espere. Dígame, ¿a
cuánto ascendería mi aportación?
-Se trataría de 500
ducados solamente.
-Bueno...
Después, el caballero le
entregó al desconocido la cantidad acordada. Pasó el tiempo y , un
buen día, el caballero dijo a su criado:
-Ferrán, hace mucho que
no leo ninguno de tus escritos. ¿Podrías traerme tu libreta?
-Por supuesto, mi señor.
-Por supuesto, mi señor.
El caballero
iba pasando las páginas cuando, de pronto, leyó estas líneas:
"Ayer, mi señor hizo una gran necedad. Vino a
verlo un alquimista y, para mi sorpresa, le entregó 500 ducados. Ese
hombre, que en mi opinión no era más que un embaucador, iba a hacer
un viaje a Italia con el fin de comprar todo lo necesario para
convertir en oro cualquier meta"
El caballero le dijo a Ferrán que lo mismo volvía de Italia y le traía la piedra filosofal, y entonces qué pondría en su libreta. Ferrán le dijo que rectificaría, pero que él creía que había sido todo un engaño
El caballero le dijo a Ferrán que lo mismo volvía de Italia y le traía la piedra filosofal, y entonces qué pondría en su libreta. Ferrán le dijo que rectificaría, pero que él creía que había sido todo un engaño
Así que, si volviese tendría
que corregir lo que he escrito, porque entonces, quien me parecería
necio sería el alquimista.
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